troncos con flores, 20€
miércoles, 25 de marzo de 2009
domingo, 22 de marzo de 2009
cestos en costilla
viernes, 20 de marzo de 2009
jueves, 19 de marzo de 2009
un comentario y un montón de agradecimientos
La cestería existe desde tiempos inmemoriales, incluso antes que la alfarería y de la aparición de los primeros vestigios de tejido. Antes de que existiera el torno alfarero, ya se utilizaban cestas como moldes para la fabricación de vasijas, incluso se impregnaban cestas con barro que se dejaba secar para que contuvieran líquidos. Para la fabricación de cestos se puede utilizar cualquier fibra vegetal que sea flexible. En la zona a la que yo pertenezco los materiales mas usados son el salgueiru y el avellano para las costillas, aunque estas también se pueden hacer de castaño.
Siempre me ha gustado la cestería ya hace unos años me introduje en este apasionante mundo en el que siempre estas aprendiendo cosas nuevas, técnica y materiales diferentes, creo que me haré vieja y todavía estaré aprendiendo tejidos nuevos. Comencé con una revista de manualidades que encontré, me compré un royo de medula y manos a la obra. Mis primeras cestas no es que estuvieran muy bien hechas, aunque a mí me encantaban, saber que mis manos podían fabricar algo me llenaba de alegría y entonces decidí empezar a investigar. Tengo que darle las gracias a un montón de gente que soportó y soporta mis insistentes preguntas.
A Bernardino de Caboalles de Abajo que me enseñó un montón de trucos. A Vicente de Villager de Laciana, con el que puedo contar siempre que lo necesito. A Pepe de San Miguel, que me enseñó un cierre que se me resistía. A Tolina, tambien de Caboalles, vecina de toda la vida, que me enseñó y prestó los moldes que tiene de su marido, un gran cestero que ya no está con nosotros. A Gonzalo del Rebollar, maestro de maestros, cestero desde los 12 años, que tubo la paciencia de enseñarnos a mi marido y a mí todos los trucos de la cestería de costillas, sin el nunca hubiera podido hacer una cesta decentemente, aunque todavía tengo mucho que practicar. A Vitorino del rincón cunqueiru, que siga con la labor que está haciendo. A mi suegro Rafael, que desgraciadamente nos dejó el año pasado, cuanto hubiera podido aprender de él y no lo hice, el me hizo la herramienta con la que trabajo. Y como no, a Falo, que me aguanta todos los días y es mi mayor y mejor crítico, que me ayuda a corregir errores y me aporta ideas nuevas, y claro faltaría más, a la mi pequeñina, mi hija de 6 años que es mi mayor admiradora, siempre le gusta todo lo que hago.
A todos gracias, porque sin ellos no podría hacer lo que mas me gusta, que es hacer cestos.
Siempre me ha gustado la cestería ya hace unos años me introduje en este apasionante mundo en el que siempre estas aprendiendo cosas nuevas, técnica y materiales diferentes, creo que me haré vieja y todavía estaré aprendiendo tejidos nuevos. Comencé con una revista de manualidades que encontré, me compré un royo de medula y manos a la obra. Mis primeras cestas no es que estuvieran muy bien hechas, aunque a mí me encantaban, saber que mis manos podían fabricar algo me llenaba de alegría y entonces decidí empezar a investigar. Tengo que darle las gracias a un montón de gente que soportó y soporta mis insistentes preguntas.
A Bernardino de Caboalles de Abajo que me enseñó un montón de trucos. A Vicente de Villager de Laciana, con el que puedo contar siempre que lo necesito. A Pepe de San Miguel, que me enseñó un cierre que se me resistía. A Tolina, tambien de Caboalles, vecina de toda la vida, que me enseñó y prestó los moldes que tiene de su marido, un gran cestero que ya no está con nosotros. A Gonzalo del Rebollar, maestro de maestros, cestero desde los 12 años, que tubo la paciencia de enseñarnos a mi marido y a mí todos los trucos de la cestería de costillas, sin el nunca hubiera podido hacer una cesta decentemente, aunque todavía tengo mucho que practicar. A Vitorino del rincón cunqueiru, que siga con la labor que está haciendo. A mi suegro Rafael, que desgraciadamente nos dejó el año pasado, cuanto hubiera podido aprender de él y no lo hice, el me hizo la herramienta con la que trabajo. Y como no, a Falo, que me aguanta todos los días y es mi mayor y mejor crítico, que me ayuda a corregir errores y me aporta ideas nuevas, y claro faltaría más, a la mi pequeñina, mi hija de 6 años que es mi mayor admiradora, siempre le gusta todo lo que hago.
A todos gracias, porque sin ellos no podría hacer lo que mas me gusta, que es hacer cestos.
jueves, 12 de marzo de 2009
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